miércoles, 27 de enero de 2010

Un socavón que el Ayto. de Madrid no quiere arreglar, hace temblar nuestras casas.

Un socavón situado en el paso de peatones de la calle Batalla del Salado a la altura del número 29 y justo en el cruce con la calle Ferrocarril.

Este hundimiento en la calzada tiene al menos 15 centímetros de profundidad (y sigue en aumento) y cada vez que el autobús urbano ‘cae’ en él, la manzana de edificio tiembla. Se mueve también toda la zona, afectando de lleno a dos edificios de Calle Ferrocarril y Batalla del Salado. Así de de día y de noche (una media de 30 autobuses por hora).

Llevamos soportando el socavón de un metro de largo, más de 6 meses sufriendo este socavón que el Ayuntamiento de Madrid no quiere arreglar. Hemos dado parte al ayuntamiento al menos un centenar de veces a través del 010, se ha avisado a la policía local ante el peligro de la estabilidad del edificio y actualmente se están recogiendo firmas ante el desprecio del ayuntamiento a nuestro barrio y nuestra seguridad.

Es sorprendente que el alcalde Gallardón y su equipo gasten 1000 euros por cada papelera ‘inteligente’ y no sean capaces de arreglar un socavón que es peligroso tanto para el transporte público como para el descanso de los vecinos y la propia seguridad de sus viviendas.
Estoy convencido que si nuestro distrito hubiera sido Salamanca se hubiera arreglado al día siguiente.
Sin duda, Madrid se parece cada vez más a Springfield, el pueblo de ‘Los Simpsons’ por sus obras faraónicas, su despilfarro de dinero público y el pasotismo hacia los vecinos.

1 comentario:

  1. LLevamos dando avisos varios vecinos desde hace meses, también la policía municipal ha avisado del peligro que supone, y ni caso.Lo más curioso es que en el ayuntamiento hay un informe de 2009 que indica que se "actuará en 2010", pero no es posible porque la contrata del ayuntamiento para estas reparaciones acabó en 2009, y aún no se ha firmado otro contrato para este año.
    Genial, grandes planes urbanísticos, arreglos estéticos de millones de euros, para aparentar, pero algo tan simple que se podría solucionar en unas horas se convierte en misión imposible.
    Es dificil conciliar el sueño cuando la cama bota cada vez que pasa un autobus o descansar cuando llegas a casa y sentir la sacudida que promete descoyuntar las puertas.
    ¿Tenemos que esperar a que alguien se haga daño?

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